GARABATO CON NOMBRE
El garabateo con nombre empieza aproximadamente a los 3 años. El niño es capaz de identificar sus dibujos y de ponerlos nombre de tal manera que sus trazos han dejado de ser un simple movimiento kinestésico para convertirse en imaginativo, lo cual es de suma importancia pues significa que su pensamiento está cambiando. Su pensamiento kinestésico de las dos etapas previas se transforma en un pensamiento imaginativo. ¿Cómo los nombra? Diciendo cosas como “esta es mamá”.
Los dibujos en sí mismos no han cambiado demasiado. Lo que sí cambia es la habilidad que tiene el niño para pensar qué es lo que quiere “garabatear, el garabato sí tiene una intención. Además de la intención, el niño sigue disfrutando el movimiento que realiza con el lápiz, sólo que ahora invierte mucho más tiempo en intentar descifrar cuáles son todas las posibilidades que tiene al realizarlo, de hecho, en muchas ocasiones, el niño incluso anuncia qué es lo que va a dibujar, lo que indica que tiene una parcial idea de qué es lo que aparecerá en la hoja cuando termine de dibujar. Este es el momento pueden en que el garabateo puede comenzar a reflejar sus emociones y sensaciones.
Es importante resaltar que el garabato en esta etapa para el adulto puede no tener un sentido. Lo que para el adulto es un trazado irregular, para el niño puede ser una casa o mamá. Teniendo en cuenta esto, es fundamental que los adultos se abstengan de intentar encontrar una representación literal o personal. El objetivo es permitir que el niño tenga la libertad de explorar este nuevo tipo de pensamiento.